1. En pareja no se pueden separar las cuestiones sexuales de las afectivas. Difícilmente se disfrutará en la cama si en el trato cotidiano no hay buena relación entre ambos.
2. No te exijas, ni exijas obligaciones sexuales absolutas, como llegar siempre al orgasmo o realizar prácticas sexuales excesivas e irreales.
3. Comunica tus deseos sexuales a tu pareja y se totalmente receptivo, pero si algo de lo que te propone te desagrada, no tengas miedos de decirlo igualmente.
4. Comienza siempre tus relaciones de una manera pausada. Incluso el acicalado mutuo -conducta de cortejo más común entre los primates- tiene un fuerte contenido erótico. Las caricias, los besos y toda forma de juegos cómplices son esenciales para el disfrute sexual mutuo.
5. Abandónate durante la actividad sexual. La relación sexual entre dos personas precisa de un aprendizaje, pero nunca debe tomarse como un proceso mecánico de “teclas a tocar obligatoriamente”. Hay que saber perderse, olvidar lo aprendido y dejar que los cuerpos fluyan y creen su propia relación.
6. No descuides a tu pareja, acompáñala a lo largo de todo el encuentro sexual.
7. Vigila tus prejuicios. Seguramente disfrutarás más si también te permites explorar tus fronteras. Las prácticas sexuales pueden ser tan variadas cuando ambos miembros de la pareja decidan libremente y de mutuo acuerdo, con las limitaciones de la seguridad física y del mantenimiento de unas adecuadas normas de higiene y salubridad.
8. Se tolerante contigo mismo y con tu pareja si un día todo no sale bien, tómatelo con sentido del humor. Todos tenemos altibajos. Seguro que en otra ocasión resultará mejor.
9. El placer sexual no tiene edad de jubilación.
10. El sexo también tiene un sentido lúdico, permítete jugar. En el sentido primigenio del juego como cuando somos niños, donde importa el proceso -estar jugando- y no el producto -ganar- como ocurre demasiado en el mundo de los adultos. El placer bien entendido es un juego, algo que disfrutamos sin estar pendientes de ningún otro objetivo.
11. Las fantasías sexuales pueden ser un buen recurso para activar tu sexualidad. Permítete fantasear y explora el posible disfrute cómplice de elaborar fantasías compartidas con tu pareja.
12. El sexo y la risa están muy unidos, cultive el sentido del humor, reír con la pareja exalta el placer durante el juego sexual.
13. La complicidad íntima con humor refuerza el vínculo y aleja el fantasma de las preocupaciones sexuales.
14. No siempre hay que esperar a que llegue “la inspiración”. A veces no estamos muy animados en iniciar la actividad sexual y progresando en ella, acaba resultándonos especialmente placentera.
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