martes, 15 de octubre de 2013

EN EL BAR

Es un día como todos, uno más, como siempre la misma rutina, voy al bar. 
 Pido mi café, mientras lo revuelvo, miro hacia afuera, veo las mismas caras de siempre,  esos rostros sin dueño que caminan sin ver.
A lo lejos se insinúa una silueta que nunca había visto, el reflejo del sol no me deja verla claramente pero se va acercando lentamente. Es una mujer.

Es alta… elegante… hermosa, con una figura escultural y viene hacia el bar. Los hombres y las mujeres que pasan a su lado no pueden evitar darse vuelta, las esposas clavan sus codos contra las costillas de sus maridos. No es una ilusión, es real.
Entra al bar y se instala en una mesa frente a mí. Es increíblemente bella, voluptuosa y con curvas insinuantes… un sueño.
No puedo dejar de mirarla. De pronto levanta la vista y sus ojos increíblemente claros y luminosos se clavan en mí, mi cara se incendia y de vergüenza insinúo una sonrisa simple sintiéndome más tonto aún.
Al contrario de lo que esperaba me responde con otra sonrisa mostrando unos dientes increíblemente blancos que brillaban bajo la luz del sol que entraba por la ventana.
Con una inclinación de cabeza me muestra la puerta lateral que lleva a los baños, bajo mi cabeza asintiendo y se levanta, empieza a caminar hacia la puerta y me levanto a mi vez siguiéndola.
Al pasar la puerta sin dejar de mirarme toma mi mano y me lleva hacia el baño de mujeres. Entramos. Todavía incómodo por la situación, con miedo de hablar y despertar de este sueño.
Se da vuelta y pasa sus brazos por mi cuello, su boca roja y deliciosa empieza a acercarse a mí y me besa con pasión, mientras mis manos comienzan tímidamente a bajar por su espalda hasta sus nalgas, las aprieto y la atraigo hacia mí, bajo más mis manos y levanto su falda…deseoso de acariciarla.
Mis manos al tantear descubren que no hay nada debajo y ella baja sus manos y empieza a aflojar mis pantalones y se encuentran con mi pene duro y ansioso para ser usado. Paso mis manos por sus muslos y la levanto hacia mí, la penetro lentamente como para que vaya sintiéndome poco a poco, para hacer el momento interminable. Mi cuerpo no responde a mi cabeza, como si fuera otro, empiezo a embestirla con furia, con cada embestida ella deja escapar un grito apagado, casi un suspiro. Mi boca se hace cargo de su cuello, comienzo a morderlo como una fiera, y su boca gime en mi oído, me pide más y más y más y más.....
De pronto sus piernas se tensan, su espalda se arquea casi hasta romperse mostrándome sus pechos a través de su blusa y los muerdo… los beso, succiono sus pezones. Ella clava sus uñas en mi espalda casi hasta arrancarme la piel y un gemido gutural se escapa de su garganta como un trueno en medio de una tormenta, afloja todo su cuerpo, me abraza y me mira a la cara como dándome las gracias.
Acaricia mi cara y su sonrisa aparece otra vez, mezcla de cómplice y picara. Se baja del lavabo y me da la espalda, se agacha y me ofrece todo su sexo hacia mí, esto es demasiado, pero irresistible para mí. Tomo sus caderas y la penetro nuevamente, una y otra vez, como si en ello me fuera la vida, sus gemidos pasan a ser gritos en cada embestida lo que me excita más y la penetro más salvajemente, más profundo, como queriendo entrar con todo mi cuerpo dentro de ella.
Su cuerpo empieza a sacudirse nuevamente y me regala otro orgasmo más hermoso que el anterior, ahora es mi tiempo, ya no puedo contenerme más, mi miembro empieza a hincharse y a descargar toda la lujuria contenida y siento como si mi cuerpo se partiera en dos con cada estampida de mi interior.
Solo se escuchan nuestras respiraciones agitadas, relajadas al extremo y felices, la doy vuelta y la tomo nuevamente entre mis brazos y la beso larga y apasionadamente.
Nos separamos y comenzamos a arreglar nuestras ropas rápidamente, la dejo salir primero para no levantar sospechas mientras lavo mi cara bañada en sudor. Salgo del baño y traspaso la puerta, la busco con la mirada y no la encuentro, salgo rápidamente a la calle y tampoco está. Pregunto a los que me miran con curiosidad. Nadie la ha visto. Pago mi café, y me voy caminando por la calle lentamente con las manos en los bolsillos. Ya es de noche. Mi cabeza es un torbellino de pensamientos entre la realidad y la ilusión........

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